El tiempo pasa y uno
no se da ni cuenta. Empieza una aventura como este blog y, luego la
vida se lía de una manera increíble. Si véis alguna de mis últimas
entradas veréis la razón de por qué he estado fuera de combate
taaanto tiempo. Brincábamos con Der kleine Harlekin hace tanto y
todo eso formó parte de la investigación para mi tesis doctoral
sobre la influencia que tiene la práctica coreográfica y mímica en
la interpretación musical memorizada, que leí y defendí con éxito.
Todo eso ya acabó y, después de una época comienza otra. Ahora he
reorientado de nuevo mis objetivos hacia mi pasión que es la
interpretación, con proyectos muy interesantes que me apasionan
enormemente y espero poder compartir con vosotros.
Ya sabéis que me
apasiona tocar música de compositores actuales, unido a mi otra
pasión que es el clarinete bajo y a la música electroacústica,
todo ello augura tiempos disfrutando con la música. Pero alguna
novedad hay, ha llegado a la familia un nuevo miembro, concretamente
un clarinete contrabajo Leblanc, de metal, como los que tuve el
placer de poder tocar hace años en el Walter Boeykens Clarinet
Choir. Qué tiempos!! Cómo lo pasé de bien!!!
Bien pues, a su casa
llegó y ahora habrá que buscarle ocupación, vamos digo yo. El que
no trabaja no come, se decía antes y con los clarinetes supongo que
pasará igual. De modo que espero que dentro de poco pueda ofrecer un
proyecto muy bonito con música alrededor de este instrumento que
merece ser más conocido y escuchado. Quedad a la espera que no
tardará.