Retomo la actividad del blog, que no tenía que haber
interrumpido y por lo cual pido disculpas, después de un buen descanso estival
y con ganas de seguir la senda empezada el año pasado.
Voy a aprovechar esta ocasión para invitar a todo
aquel que tenga posibilidad a leer un artículo que acabo de publicar sobre la
obra DER KLEINE HARLEKIN de Karlheinz Stockhausen en la revista The
clarinet de la International Clarinet Association en su número de
septiembre de 2011.
Esta obra es precisamente con la que estrené este blog
en enero pasado, es una obra que merece la pena tocarla una y otra vez porque
nunca se acaba de aprender cosas nuevas a todos los niveles interpretativos y
te empuja a ser cada día un intérprete un poco diferente.
El artículo de The clarinet está pensado, por
supuesto, para músicos. Se trata por un lado de un análisis de la pieza y por
otro de un repaso de mi experiencia
durante todo el proceso de aprendizaje de la obra, qué proceso seguí
para llegar a dominarla, qué estrategias de estudio fui siguiendo a medida que
en ocasiones veía que llegaba a un punto muerto que me impedía seguir
perfeccionándola.
Por supuesto, aconsejo a todos los instrumentistas,
sea cual sea su especialidad, que prueben a experimentar lo que significa
estudiar y llegar a dominar una obra en la que además de tocar la música y de
memorizarla, tienes que realizar una determinada coreografía y mímica, exige de
nuestra parte una capacidad de aprendizaje de la obra y de atención muchísimo
mayor, un estado físico seguramente mejorado al que tengamos tanto a nivel
aeróbico como a nivel de fluidez de movimientos y equilibrio corporal, a parte
de la expresión facial o mímica que es un mundo a parte que significa una gran parte del éxito final
de la interpretación. Cuando un intérprete toca una pieza musical y su cara
expresa una amplia diversidad de emociones significa que todos los apartados
anteriores de estudio de los que hemos hablado antes se han llegado a
interiorizar a fondo, lo cual es una garantía para subirse a un escenario. Es
una buena prueba del algodón la de la expresión facial.
A parte de invitaros a todos a que leais mi artículo
sobre “El pequeño arlequín”, debereis practicar el inglés, os vendrá bien a
todos, voy a aprovechar para subir una segunda interpretación mía de la obra,
cuyo resultado se verá bastante diferente de la que colgué en enero de 2011. La
versión anterior tiene unas condiciones de iluminación que no eran las
adecuadas, en esta sí lo eran y espero que os guste tanto la interpretación
como esta vía a seguir por un intérprete, lo que os puedo asegurar es que a
parte de estudiar su instrumento uno se divierte muchísimo haciendo lo que le
gusta.
Besos, abrazos y mucha música para todos.